El biólogo Enrique Arberas es el autor del libro «Perretxiko. El oro blanco de los vascos», que estará en la calle la próxima semana.
Si de algo entiende Enrique Arberas es de naturaleza en general, de aves en particular y de manera especial del lobo y de todo lo que a este mamífero rodea. Tengo la enorme fortuna de conocerle personalmente, de contarle entre el escaso número de amigos de los que puedo presumir y de haber trabajado junto a él en la realización de los documentales: «Los últimos pastores de Sierra Salvada», organizado por él mismo, y «Pastoreo en Gorbeia. Pasado, presente y futuro de una profesión milenaria».
Este libro no es el primero que sale de su mano. En conjunto con otros autores y autoras participó en «Pastoreo en Sierra Salvada» (2014), y en solitario escribió «Las raíces del tejo en Ayala» (2014) y «Maroño. Un pueblo y un embalse» (2017).
«Perretxiko. El oro blanco de los vascos» es un libro de cabecera para todos los aficionados y amantes de la micología, y un libro sumamente interesante para todos los que no sentimos una atracción especial por el arte de coger setas, porque en él se recoge información precisa, científica, y también historia, curiosidades, anécdotas e informaciones diversas que lo convierten en un libro ameno, entretenido, didáctico y peculiar. Lo único que no encontraremos en él, para decepción de muchos seteros y seteras, es la ubicación de los perretxikales. De haber anotado una sola ubicación, Enrique habría faltado a la «religión» y a la tradición de los perretxikeros: no desvelar jamás los lugares secretos.
La lectura de este libro es como pasar un día con Enrique Arberas buscando perretxikos por Sierra Salvada, que es lo mismo que decir vivir un día enriquecedor, porque además de caminar junto a un hombre que se conoce hasta el nombre del último pájaro, que sabe seguir las huellas del lobo, que lee en el aire la proximidad de la tormenta o que ve a cientos de metros de distancia detalles que para la mayoría de nosotros (y eso lo he vivido personalmente) pasan completamente desapercibidos, tiene la habilidad y el poso del buen maestro para hacerte partícipe de sus conocimientos. Cuando uno sube al monte con Enrique, baja siendo más sabio.
En las páginas de este libro, el perretxiko adquiere una dimensión nueva. Todo el valor, el inmenso valor de este hongo, sale a relucir como un tesoro conocido pero largamente oculto. Enrique Arberas lo sitúa en ese pedestal que por méritos propios merece y al mismo tiempo lo pone a pie de calle, al alcance de todos. Y es de agradecer, porque lo conocido y lo desconocido, los misterios y los encantos del perretxiko son fascinantes.
Podría hablar mucho y bien de «Perretxiko. El oro blanco de los vascos». Pero lo mejor que puedo decir es que este libro va más allá de este preciado hongo, más allá de todos los hongos del mundo, de todos los libros del mundo. Esta joya que Enrique Arberas ha sabido diseñar y dar forma partiendo de una fugaz idea, tiene un motivo y un destinatario con nombre y apellidos: Enrique Arberas Barrenengoa, su aita. Es un agradecimiento, un recuerdo, un homenaje al hombre al que admiró y amó en vida y continúa admirando y amando día a día. Enrique Arberas padre y su mujer, Nati Mendibil, fueron, durante casi cincuenta años, perretxikeros incansables que cada temporada subían a la Sierra y, una vez arriba, juntos pero cada uno por su lado, visitaban «sus» setales.
Las primeras presentaciones concertadas de «Perretxiko. El oro blanco de los vascos» son las siguientes:
23 de abril: Respaldiza.
24 de abril: Amurrio.
26 de abril: Vitoria-Gasteiz
En la agenda —aún sin fecha fija— figuran Bizkaia, Gipuzkoa, Babia (León) y Villavelayo (La Rioja).