«Sus cuentos parecen esparcirse sobre la página sin arte, sin ninguna intención estética detrás de ellos. Y así uno ve la vida a través de sus frases». Esto escribió en su momento el escritor estadounidense Edgar Lawrence Doctorow sobre Antón Chéjov, añadiendo que «posee la voz más natural de la ficción».

Chéjov destacó como dramaturgo y como cuentista. Su estilo se caracteriza por una marcada sobriedad expresiva y por la ausencia de tramas complejas, optando por la creación de atmósferas plenas de lirismo en las que los pensamientos de sus personajes tienen un gran protagonismo. Chéjov se apartó decididamente del moralismo y la intencionalidad pedagógica propios de los literatos de su época. Su originalidad radica principalmente en el rechazo de la finalidad moral presente en la estructura de las obras tradicionales. No le preocupaban las dificultades que esto último planteaba al lector, porque consideraba que el papel del artista es realizar preguntas, no responderlas.

Antón Chéjov, lectura imprescindible.

                                                                                                                                                                                                                   Imagen de Antón Chejóv tomada de Zenda.

La tristeza

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