Siempre

A veces somos un puzle
que se hace,
se deshace
y se rehace
a capricho de los vientos de la sangre.

Otras veces
somos fieras tranquilas
que se observan de colina a colina.

Y siempre, siempre,
en la tarde o en la madrugada,
en la calma o en la tormenta,
en el silencio o en el grito,
somos polos opuestos de un mismo imán.

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