Suele decirse que la tristeza inspira más que la felicidad, que los tiempos turbulentos motivan más que las épocas de placidez. Puede ser. No me he parado a analizarlo pero pueden tener razón quienes así opinan. Tampoco es algo que ahora me interese especialmente. Opino que se escribe, que se compone, que se crea, cuando más se siente, para bien o para mal. Yo funciono así.

En los tres últimos años he escrito una serie de poemas que he agrupado, sin más pretensión que tenerlos ordenados, bajo el título Lobos y sirenas.

El poema que acompaña estas líneas pertenece a esa serie, al igual que otros que he ido subiendo a esta sección. La ventaja de éste es que está recitado por una voz única, la de Palmi Merino Portela.

 

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