La Rioja Festival es el mayor evento de música clásica en La Rioja. En esta segunda edición, el lema elegido ha sido «Camino». Como dice en el capítulo de bienvenida su director artístico, el reconocido guitarrista Pablo Sáinz-Villegas: «La Rioja es historia y cruce de caminos, es una cultura milenaria de valle y de montaña que se ha enriquecido del generoso espíritu de sus visitantes haciendo senda y sembrando concordia. El más extraordinario patrimonio de La Rioja es el corazón de sus gentes que dan la bienvenida al peregrino que nos visita […]. Ven y descubre la historia milenaria de su Camino de Santiago, el origen de la lengua castellana en San Millán de la Cogolla, su poeta Gonzalo de Berceo, sus hayedos y bosques, sendas romanas y rutas de naturaleza por parajes extraordinarios de magia y poesía, la tradición de su laureada gastronomía acompañada siempre de un buen vino y sus fascinantes bodegas».
Por ello, quedo sumamente agradecido a la organización de La Rioja Festival por haber contado con mis servicios para formar parte de los eventos diseñados para este 2023. Agradecimiento que se une a la emoción por el hecho de que mi cometido era «sorprender» a los caminantes que el pasado día 7, domingo, recorrieron los siete kilómetros que separan el pueblo de Badarán del Monasterio de San Millán de Yuso, apareciendo, a la orilla del río Cárdenas, encarnando a Gonzalo de Berceo.
Amplio mi gratitud a Elena Jerez, a mi amigo Francisco Mir, a Juan Gurrea, a Jesús Alcalde. También al Padre Prior del Monasterio de Yuso, José Ramón Pérez Sáenz, y al viceprior, Pedro Merino Camprovín, por su amabilidad y la gentileza de prestarme uno de sus hábitos para representar mi papel. A mi compañera de vida, Idoia, agradecerle es poco. Su constante presencia basta por sí sola para colmar todas mis aspiraciones y para darme fuerzas en los trances más complicados.
Mi gratitud igualmente para todos los que se acercaron a felicitarme y a hacerse fotografías conmigo (tanto cuando fui Gonzalo de Berceo como cuando volví a ser Jose Luis Urrutia).
Un placer conocer personalmente, y conversar, aunque brevemente, a Pablo Sáinz-Villegas, y a Maite, su madre.
Personalmente, fue una experiencia inmensamente gratificante, enriquecedora, envuelta en unas connotaciones que la convirtieron, en ciertos momentos, en mágica.