Mis miedos son pétalos de amapola, pompas de jabón, alas de mariposa. Es decir, la fragilidad intrínseca e ineludible del ser humano.
Mi consuelo, mi antídoto, mi sosiego, es tu cuerpo a mi lado cada noche. La tibieza de tu sangre, el vals de tu respiración, el encuentro de nuestras manos bajo las sábanas. El viaje diario, en el silencio y la oscuridad, que tu alma y la mía realizan a través del universo hasta encontrarse una noche más.